miércoles, 2 de enero de 2013

Travestismo: Una humanidad por descubrir /Marlene Wayar


Travestismo: Una humanidad por descubrir /Marlene Wayar

CategoríaEducación Sexual
Marlene Wayar; Directora Revista El Teje
Entrevista realizada para la Revista Cuadernos para la Emancipación Salud y Educación

 
-¿Cómo surge la idea de reflejar la voz de las travestis en un medio escrito?
-Este medio es el primero en el mundo. Marketineramente lo publicitamos como el primero en Latinoamérica porque nos interesa pararnos en nuestra región. Además de ser nuestro Continente geopolítico, nuestra hermandad, tiene que ver con una unidad especifica en cuanto a comunidad travesti y nuestra praxis es totalmente diferente a la del primer mundo, que es de donde viene la voz principal de lo que se conoce de las travestis y generalmente es un discurso transexual. Después hay un vacío. Hemos sido negadas de historia, del relato en primera persona de nuestra propia cultura, hemos sido alojadas en lo mítico, en el tabú, en lo no dicho. Y desde ahí todas las fantasías macabras que se complejizan con la situación de prostitución a las que hemos sido llevadas de manera social. Desde ahí nos planteamos con Paula Viturro en el Centro Cultural Rojas, darle a las chicas posibilidades de lenguajes y una teoría de géneros que se planteara desde Latinoamérica, que nos contaran a través de la danza, del canto, de los diferentes lenguajes expresivos del arte cómo era su tierra, su niñez, sus prácticas, sus vivencias y cuando logramos armar un cúmulo de profesores y profesoras empezaron a ganar premios, fueron a Europa. Luego María Moreno propuso hacer crónicas periodísticas y el Teje es la producción material de ese proceso de aprendizaje que intenta dar esa posibilidad: que haya una palabra escrita y una historia propia donde cada una de nosotras se puedas parar. Yo tengo 43 años y la situación más común es fantasear qué soy, de niña, qué soy para explicárnoslo a nosotras mismas, a papá y a mamá, a los compañeritos en la primaria y en la secundaria, para explicarle al mundo, al botón que viene a preconcebir que sos perversa y maliciosa y depravada. Al cura que te señala, a la señora clase media que te mira con desconfianza y de todo eso siempre sos la primera. Que cada una de las niñas sepa que hay una historia detrás, que habemos muchas antes que ellas y tratar de contarles lo que vamos produciendo como cultura, como conocimiento y lo que vamos viviendo como errores para que no los cometan.

-¿Cómo ha sido la presencia de lo trans en la cultura Latinoamericana a lo largo de la historia?
-En la prehistoria de este continente fue, según los pocos datos etnográficos y antropológicos que hay, medianamente llevable. Están las Muxes en Méjico que son las travestis. Y como esos hay muchos relatos. El colonizador, cuando llegó, uno de los primeros actos de dominación perversos fue ponernos en plazas públicas, lacerarnos, ensangrentarnos delante de todo el pueblo, decir que representábamos el pecado y darnos a devorar a los perros. Desde ahí instalaron la idea de pecado, de lo no dicho, de la sexualidad, del cuerpo, de la perversión intrínseca de nuestro propio deseo, la culpa y desde ahí manipularnos con facilidad a los originarios de estas tierras. Desde esa primera experiencia, el silencio absoluto, los márgenes, la cárcel, los manicomios incluso como posibilidad buscada: en los registros de criminalística hay una travesti de principios de siglo que burlándose jocosamente pudo dejar una impronta en primera persona. Ella estaba psiquiatrizada y era mejor ser un objeto de estudio de los psiquiatras que carne de presidio. Inteligentemente optó, en su circunstancia, por esta opción. Hoy somos un relato que todavía tiene mucho por aportar. A estas democracias y pueblos modernos latinoamericanos que intentamos concebirnos en países en desarrollo, a partir de la globalización estamos conviviendo primer, segundo y tercer mundo en las mismas regiones. No es lo mismo el norte de la ciudad de Buenos Aires, que Avellaneda, el gran conurbano, el profundo Chaco, Salta adentro, el norte de Córdoba, cualquier villa donde la pobreza extrema tiene en frente un hermoso escenario del primer mundo con gente del primer mundo que intenta correrlos, limpiar las ciudades. Y como metáfora, mujeres y travestis estamos nominando estas tierras como la prostituta global. Desde al Caribe, República Dominicana para acá, estamos migrando mujeres y travestis al primer mundo a prostituirnos y el primer mundo viene a usarnos como patio trasero. En tanto una de nosotras se esté prostituyendo, el continente es la prostituta, porque entregamos no solo nuestros cuerpos sino también nuestras empresas, riquezas naturales, nuestras reservas para el futuro y nuestra autonomía política sobre estas tierras.

-Después del silencio el movimiento travesti toma visibilidad ¿Cuáles son los avances logrados y por lograr?
-Los avances por lograr son muchísimo. Hemos tenido algunos avances simbólicamente importantes pero que no han quedado debidamente legitimados y legalizados. Cuando en la ciudad de Buenos Aires hicimos que caigan los edictos policiales, dimos la batallas, hay algo hacia todo el país que hizo que la policía empezara a bajar sus decibeles de violencia para con la gente que teníamos que pagar peajes para nuestra existencia y circulación por nuestras ciudades, pero en el interior no están caídos, están aletargados, cualquiera puede desempolvarlos y reinstalarlos; hay que sacarlos. Esta es una de las severísimas falencias de nuestro país: no tener ordenado nuestro sistema jurídico de acuerdo a los sujetos. En provincia de Buenos Aires cualquier juez le ordena a la ciudad que determinada población que determinada población como la travesti, tiene que irse de las zonas ricas y la ciudad acata para no entrar en contradicción con el juez. En lugar de decirle que Argentina es un país abolicionista, que este no es el principio que nos rige y que el abolicionismo nos dice que vamos a trabajar y a hacer acciones positivas por evitar que la gente caiga en la prostitución. Nunca reglamentar la prostitución, nunca prohibirla, que son los otros dos ordenamientos jurídicos. Vamos a perseguir a quienes exploten a personas para prostituirlas o las traten y a trabajar para que haya educación, trabajo, vivienda, contención familiar y social. Esto el país no lo puede ver todavía. Siempre alucino una persona de 25 años para arriba que perversamente está parada semidesnuda en la calle ofreciendo sus servicios sexuales por perversión innata, cuando en realidad es una niña o niño de 12 o 13 años que está abandonado en la calle y que lo que lo único que tiene para negociar con el mundo adulto, para no morir de hambre es su propio cuerpo.

-Las travestis en general ¿deben abandonar el hogar temprano y llegar a esta situación?

-el éxito más importante de la militancia travesti es la visibilización, que la gente de cuenta de que éramos visibles. Yo soy medio una excepción porque estuve hasta bastante grande en mi casa, hasta los 18, contenida, nunca necesitaron mi apoyo. Pero en la gran mayoría la comunidad travesti sostiene a su familia. Chicas de Salta, de Santiago del Estero, de Tucumán, de cualquier ciudad de las que muchas huyen hacia Capital a las luces de la urbe en busca de posibilidades económicas y mantienen a sus familiares. De esto la sociedad no estaba dando cuenta. La sexualidad, esta culpa que nos metieron las religiones, sobre todo la judeocristiana, han provocado esta magnificencia del cuerpo sexuado que hace que nos obnubile. Frente a lo sexuado no tenemos análisis para algo más profundo. Los chicos de estas familias tienen pañales y leche y pueden ir a la escuela y pagan el gas en Salta, pero no lo toman como análisis, todavía siguen llorando porque tienen un hijo que se transformó en hija y eso dice la iglesia que está mal, que es pecado, los psiquiatras dicen que es patológico, los juristas dicen que es criminal y no pueden dar cuenta de que no es así en relación directa con sus hijas. Hay una humanidad por descubrir. La visibilidad posibilitó, por ejemplo, con Flor de la V, que nos analicen. Las instituciones del Estado no lo han podido hacer. En la provincia de Buenos Aires ha habido algunos avances para incluirlas en la capacitación para adultos, que hagan el secundario y a través de Madres de Plaza de Mayo, el ANSES nos posibilitó tener cooperativas. Hay un par. Instituciones como el Centro Cultural Rojas nos han abierto sus puertas para hacer accesible la educación, para luchar contra la estigmatización de una identidad y en eso estamos. Todavía no hay nada cristalizado 100 por ciento. No hay instituciones, salvo el Rojas, que digan acá entran las travas. Hay una chica que es psicóloga, que entró a la UBA y hay alumnas que se paran y se van porque piensan que es demasiado, no pueden tener una travesti docente en psicología. Falta mucho. No es poco lo que se ha hecho, trabajamos por el futuro con esperanza.

http://www.emancipacionsye.com/travestismo-una-humanidad-por-descubrir/

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